jueves, 2 de julio de 2015

Apologético en favor de Jacobo Zabludovsky

Hace un rato, en facebook, he encontrado un post del escritor Julian Herbert, en que se sorprendía que más personas se lamentaran de la muerte del periodista de 87 años que del escritor de la Onda, Gustavo Sainz. A eso se deben sumar los comentarios que el post recibió, en el que se le da la razón al escritor y sin faltar aquellos en que se infieran cosas como "perdónalos señor, no saben de lo que hablan", "¡ay, patria mía, no me mereces!", "déjalos, tesoro, no te juntes con esa chusma" y toda esa clase de comentarios que marcan una división mental entre los que razonamos (aquellos que lamentamos la pérdida de Gustavo) y los que no razonamos (los que lamentamos la muerte de Jacobo) como si ambas posturas fuesen irreconciliables (como hace aproximadamente un año se hacía entre los que leen (nuevamente) y aquellos que disfrutaban el mundial. Por esto y varias razones más, me he dado a la tarea de hacer una pequeña comparación de por qué no debe condenarse a la mayoría nacional por lamentar el deceso de Zabludovsky.
    1.-Jacobo Zabludovsky, con una carrera de medio siglo en el medio de las noticias, fue una cara que mi generación, la de mis padres y la de mis abuelos conocieron y con quien probablemente se informaban del acontecer nacional (aún recuerdo ver su noticiero a mis escasos 6 o 7 años debido al aprecio que le tenía a su intro). Si bien, de don Jacobo se ha dicho que contribuyó a la desinformación nacional, el hecho es que esa crítica se hace desde la óptica del hoy, sin tener en cuenta que en el régimen de La Dictadura Perfecta no se podía hacer lo que ahora se le reclama no haber hecho: levantar la voz contra el estado, ya que no habían esos materiales que ahora se poseen, en el que incluso una legión de idiotas puede opinar.
    2.-Gustavo Sainz es un escritor de la Literatura de la Onda, una corriente de la literatura netamente nacional que se encontró entre dos movimientos mayores, el Boom y el Crack, escuela que ni en sus tiempos y ni siquiera ahora ha tenido el realce que indudablemente merece, llena de ediciones únicas y de un campo de distribución que difícilmente superaría el D.F. y su área metropolitana. En pocas palabras, es un autor que, si el mexicano promedio leyera digamos, 26 libros al año (uno casi dos semanas), tendría muy pocas posibilidades de ser leído entre las múltiples opciones de libros de las múltiples naciones del mundo de las múltiples eras de la historia. 
    A esto debe de añadirse que la noticia de la muerte de Sainz tuvo un retraso de, quizá, medio día con respecto de la muerte de Zabludovsky, con la que México amaneció, por lo que más que pensar en el que lamentó la muerte de don 24 horas como un retrasado o un traidor a la libertad de expresión, debe verse como alguien que quizá se despida de una persona que lo acompañó durante 10, 20 o 50 años, alguien que lamenta la muerte de uno de los pioneros de los noticieros o alguien que los hace por mero protocolo nacional.

lunes, 22 de septiembre de 2014

Cantinflas: faltaron los detalles, chato



Cristóbal Emmanuel Ramírez Bustos

Hasta antes de ver la película sobre el Mimo de México, mis esperanzas en este filme (que pretende competir por un Oscar) eran pocas; quien dé una búsqueda rápida por la web podrá encontrar más de una nota que diga que fue una gran decepción. Después de verla, sin embargo, me atrevo a rebatir esos comentarios. Créame quien lo quiera, yo soy una persona muy difícil de complacer cinematográficamente, y el hecho de salir sonriendo de la función fue un hecho que hasta a mí me desconcertó.
Ello no significa que no le encontrara defectos, que los tiene y saltan a la vista inmediatamente, empezando por una no-tan-sencilla transición entre las dos líneas temporales: los preparativos para la película La vuelta al mundo en ochenta días por un lado y el ascenso de Mario Moreno por el otro; pero aunque estos cambios de tiempo no son perfectos, ciertamente no es tan dificultoso seguirlo, y, pienso, les hubiera sido más difícil producir la historia de manera lineal.
Tenemos también una configuración de los personajes secundarios muy superflua: el personaje principal y Shilinsky son los únicos que logran proyectar algo de “sombra”, y lo de Estanislao Shilinsky es únicamente por la importancia que el personaje tuvo en la carrera del protagonista o, quizá, por su reiterada aparición en pantalla; ni siquiera “Valita”, la esposa de Cantinflas, tiene gran repercusión en el filme.
El poco trabajo en el personaje de Valentina Ivanova, trae lo que podría verse como la mayor debilidad del filme, ella, que es la encargada de aportar la gran carga dramática al filme no logra proyectar al espectador la desesperación y tristeza que se le ven sufrir. Pero esto no es sólo cosa de Valita, incluso el personaje principal tiene parte en esta decadencia dramática, ni siquiera en el culmen (o sima) de la vida de Mario Moreno, su pelea contra Cantinflas, logran provocar nada. El filme dura cien minutos, añadir veinte que se introdujeran en las relaciones humanas de Mario Moreno, no hubiera sido pesado y hubiera ayudado.
Acarrear famosos para interpretar a los grandes actores del Cine de Oro mexicano fue, a gusto personal, la gran mala decisión de la película: las apariciones del Indio Fernández, María Félix, Jorge Negrete son sólo cameos que bien pudieron llenarse con extras que se parecieran físicamente a los personajes reales, sin embargo, el resultado pasa como muestra del amiguismo de la compañía productora que está sobre las necesidades de la película. Es mi pensar que, de haberse elegido personas con rasgos semejantes para representar a los Actores, las escenas donde aparecen hubieran ganado una sobriedad que ayudara a la cinta.
Y ya que hablamos de la producción, cosa triste me fue escuchar en el soundtrack canciones con voces modernas como la de Enrique Bunbury (u otra de Alex Syntek que aparece en los créditos pero jamás escuché) cuando la época retratada tenía muy buen repertorio vocal. No cabe duda que la verisimilitud es un gran aporte al séptimo arte, y aprovechar las voces de la época le hubiera dado mayor credibilidad. En el mismo sentido está el que en las dos o tres escenas en que se “filman” películas de Cantinflas, se opte por un blanco y negro en HD y no por una imitación de los defectos que tienen las cintas originales. Acatar estos pequeños detalles le hubiera dado mayor validez histórica.
Los diálogos acartonados son otro defecto, ver a la “plebada” hablar en la carpa te hace ver la falsedad de lo presentado. Pareciera que la actuación no ha mejorado desde la época representada. Lo peor es que si fuera sólo en ese momento, cuando extras dicen, con el tono chilango del viejo cine “saquen a las gordas” o “vete a la… fregada” uno pudiera decir “qué bonito, un tributo al viejo cine”, pero no, también en una o dos ocasiones el propio Mario Moreno tiene esos traspiés de censura léxica.
Tanto he dicho de los defectos de esta cinta que una defensa debería tener al menos la misma cantidad de puntos, pero no es así. A favor de la película está la gran actuación de Óscar Jaenada como Cantinflas, que no deja nada a desear, así como el uso de la comedia, que no es forzada (uno de los principales defectos que ha arrastrado la producción nacional) sino fluida. Debe decirse que la película resultó ser lo que prometía, la historia de Cantinflas, lo que permite obviar las dificultades que se tuvo para representar a un Mario Moreno humano; en síntesis, la película no era de Mario, sino del Mimo de México.
Uno puede seguir viendo las joyitas que tiene la película: la aparición de los famosos de ese tiempo, tanto los nacionales, como los actores (a pesar de la elección del elenco que los representa), como de Agustín Lara o de los directores y la mención importantísima de Churubusco, además de la CTM; así como los internacionales: Frank Sinatra, Liz Taylor o Charles Chaplin. Punto a parte debe mencionarse la mofa que el Mimo de México hace de Marlon Brando. El remate son las escenas finales: los epílogos son un gran acierto en una película biográfica; el baile, durante los créditos, del Bolero de Raquel, y el fragmento de entrevista en que Mario describe a Cantinflas como parte del pueblo hacen que (casi) todo se perdone.
En fin, Cantinflas es una buena producción, una más grande que sus errores, y si se quiere pasar un buen rato es una opción muy divertida para recordar y re-conocer a uno de los protagonistas más importantes del cine de oro. Quizá no esté cerca de ganar un Oscar, pero es un deleite que esté en la competencia.
Enjoy.

sábado, 20 de septiembre de 2014

Conozcan a St. Pauli y su fútbol izquierdista

Por: Ulises Aramís










De las muchas aficiones que alientan a sus equipos, quizás, ninguna tan unida a la directiva y tan izquierdista como FC Sankt Pauli. Ubicado en Hamburgo, Alemania, se encuentra el barrio de Sankt Pauli conocido por el comienzo musical de The Beatles y su gran barrio rojo para los turistas. Es una afición constantemente odiada por sus ideales antirracistas, antifascistas y antisexistas. El Millerntor Stadion es la casa y donde se grita “Kein mensch ist ilegal”, “ninguna persona es ilegal”, debido a que es parte de un puerto y de antaño los marineros llegaban allí, mientras su estancia la disfrutaban sin ningún tipo de discriminación.

Alemania ha quedado manchada por un pasado nazi. Hoy en día esa mancha quiere tornar en una pequeña luz oscura. Los vecinosel Hamburgo SV, tiene entre su afición algunos neonazis, causando la pronta rivalidad con los piratas de ST. Pauli. En el 2011 hubo un partido entre estas dos escuadras, ocasionando que los aficionados se enfrentaran, pero St.Pauli siendo locales y solidarios se retirarían para evitar daños a los comercios que se encuentran en el puerto. 


El comercio futbolístico ha puesto a margen a las directivas de afición, con publicidad, venta de franquicia, etc. Bajo ésta perspectiva, llama la atención la relación que hay en esta institución con sus hinchas. Por ejemplo, no pueden hacer negocios con fabricantes de armas ni tabaco, el nombre del estadio no puede venderse, 8 minutos contara la afición para crear ambiente por lo tanto no se permite publicidad. Pero crear atmosfera para alentar al equipo es un plus, pues las obras de caridad de los piratas son para resaltarseEn un partido contra Eintracht Branshweig, St. Pauli proporcionó ciento de juguetes de felpa para niños de bajos recursos.

Todos los ideales de este humilde pero grande equipo de la 2 Bundesliga han pasado fronterastanto que se poyan mutuamente con el Celtic FC de Escocia. En lo musical ha causado la simpatía de grupos internacionales como Panteón Rococó de México y Talco de Italia, siendo participes de algunos festivales realizados por ST Pauli. Así que en lo personal, esos equipos con su fachada“ más que un club” no son nada a lado de un club y una afición de colores, sexoservidoras, obreros, anirracistasantifacistasantisexistas,antihomofóbicos y todo aquello que la injusticia y discriminación quieran someter.

lunes, 23 de junio de 2014

El dilema del héroe

Estamos a poco del partido de México contra Croacia, ahora, si pasamos, es muy probable que juguemos contra Holanda, y mientras espero, viene a mi mente la frase de el Caballero de la noche en que dicen algo como "Mueres como un héroe o vives los suficiente para convertirte en un villano". Hoy Memo Ochoa está en ese dilema: después del gran juego que dio contra Brasil, que le valió incluso un corrido, si ahora falla en la portería contra contra el equipo que goleó a Camerún, la afición lo volverá un traidor a la causa, y si no es hoy, será en el próximo juego. Ochoa está condenado. Es el dilema del héroe.

lunes, 19 de mayo de 2014

Juan Sarabia viajaba en un diablito






Juan Sarabia viajaba en un diablito


Por: Ángel Germán

 
Las lámparas brillaban ya sin ganas, la oscuridad aún tenía extendida sus brazos por toda la cuidad, serían cerca de las 5 de la mañana, para ser un 15 de mayo las temperaturas estaban pronosticadas entre seis y veinticinco grados, un día soleado en que los maestros podrían disfrutar de una tarde de cervezas con colegas, sería como un domingo entre semana.
 A esas horas de la mañana sólo deambulaban cuerpos que con un esfuerzo colosal trataba de mantenerse en pie, antes de caer rendidos al asiento del camión que los llevaría otra vez a la fábrica y los lavacoches que con las manos callosas de tanto apretar el trapo todavía quitaban de su frente el poco sudor que les resbalaba, mientras se rifaban otro taxi.
Para Antonio Correa Colón no era difícil levantarse temprano, esta semana cumplía medio año trabajando de mañana.  El autobús llegaba por él quince antes de las seis, así que se sentó a esperar unos minutos más, a lo lejos se miraban unas personas que frente a una estatua, no se le hizo tan raro, a veces las personas por la mañana van meneándose por la calle y agreden a lo que se les atraviesa en el camino.
Empezó a notar algo raro en los movimientos de las personas cuando despegaron la estatua de su base y como pudieron cargaron con ella, la dejaron caer en un diablito con mucho esfuerzo. Y así emprendieron huída. 
Para la tarde de ese jueves, al regresar del trabajo Correa Colón notó que a la Alameda le faltaba uno de sus miembros principales. ¡Esto es un escándalo! Pensó. Tendremos que llamarla de otra manera.
La Policía Ministerial realizaba un investigación de los últimos robos de placas y bustos que se han registrado a lo largo de la cuidad, el caso de la Alameda no era el primero.
Armados con cincel y marro, la pareja de jóvenes retiraron el busto de su base y con toda cautela lo pusieron en el diablito. Juan Sarabia nunca había imaginado viajar en una herramienta de carga como esa, su condición de senador no se lo hubiera permitido. Y mucho menos que en tiempos como el que vive nuestra economía sería rentable su efigie, llegando a cotizarse en un promedio de 50 pesos por kilo, al que lo quisiera agarrar. 
Detenidos esa misma mañana la pareja de ladrones reveló que operaron en la Alameda Juan Sarabia, en la plaza de Fundadores, en Notarías Públicas, consultorios médicos y de otro tipo de negocios, así como en el Rio Santiago y cualquier otro lugar donde hubiera placas y bustos de este material.
Los detenidos  son  Uriel A. de 21 años de edad, Luis E. de 20 y Mariela E. de 37 años de edad, todos con domicilio en los condominios San Jorge, de esta ciudad.
En el trabajo de investigación de la Ministerial, se supo que el jefe de la banda era Uriel y en su interrogatorio declaró tener varios robos como este en distintos puntos de la capital y de Soledad de Graciano Sánchez, pero también dio domicilios de los lugares donde comercializó el producto, los cuales ya están siendo investigados.
La Policía Ministerial apuntó que en este caso habrán de extenderse las pesquisas para saber si los mismos detenidos  tienen responsabilidad en los robos de las tapas de colectores como alcantarillas que también se extienden en primer cuadro de la cuidad y sus periferias.
El busto de Juan Sarabia continúa a la tutela de las autoridades corroborando como testigo y prueba del ultraje, pero nunca se podrá olvidar el viaje que hizo en diablito.